Los 10 años de Adglow - carta del CEO

Estimados amigos, familiares, socios, clientes y colegas.

Nadie funda una empresa, a menos que se trate de innegables optimistas que piensan que nada puede salir mal y que van a conquistar el mundo. Pero debo confesar que, al firmar la nómina mensual de Adglow por 120ª vez consecutiva sin un solo día de retraso, estoy un poco sorprendido.

Adglow ya tiene diez años. Jorge Rincón y yo fundamos el negocio a mediados de la crisis financiera de 2008/09, y aún no sabemos si eso fue bueno, por la falta de competencia, o malo, para las perspectivas del mercado. ¡Pero el hecho es que la apuesta dio sus frutos y estamos celebrando una década juntos!

Por supuesto, los años de Internet son como los años de los perros: uno vale por siete. Somos unas 300 personas en 17 países, tenemos mucha experiencia acumulada y me doy cuenta de que hemos cometido innumerables errores por el camino, pero probablemente lo hemos hecho bien, con más frecuencia que mal.

Pensando en aquello que hicimos bien, hay algunas cosas que me gustaría compartir con vosotros.

La primera lección que hemos aprendido es la importancia de la diversidad. Gran parte del crédito por nuestro éxito proviene de poder adaptarnos a las demandas de los clientes, a las realidades locales, al uso del talento de las personas que trabajan con nosotros. Al final, esa capacidad de cambio nos ha dado nuestra razón de ser.

La segunda lección es el valor de los individuos. Incluso ahora, cuando la empresa es relativamente grande en tamaño, los resultados de las acciones individuales siguen siendo extraordinarios. Un empleado o cliente realmente bueno puede producir rendimientos enormes y cambiar un departamento, una empresa o una industria.

La tercera lección es quizás la más vital: no hay meta. Solo está el viaje, y el viaje es la recompensa. Si no lo disfrutas mientras lo haces, entonces no tendrás nada de lo que disfrutar.

Lo último que quiero compartir no es una lección, sino la certeza de un asunto diferente: cuanto más das, más recibes, y lo que más podemos dar es gratitud.

Estaremos siempre agradecidos a todos los que han formado parte de este viaje; no solo a los empleados o a los socios - estamos en deuda con todos vosotros, y nunca podremos agradecéroslo lo suficiente -, sino también a los clientes y la competencia, que nos han obligado a cuestionar todo, aprendiendo más y atreviéndonos a hacer cosas nuevas.

Todos vosotros nos habéis mantenido en ese lugar incómodo y emocionante donde se crean grandes cosas, y donde nadie puede decirte qué hacer a continuación.

Así que, a todos vosotros, gracias, ¡y feliz cumpleaños, Adglow!

Juan Dominguez, CEO | Adglow